La vegetariana, Han Kang, Bajo la luna, 2012, Buenos Aires.
Chaesikjuuija
En 2007 se publica en Corea del Sur una novela corta de una autora
nacida en 1970. Una pequeña editorial argentina la traduce y edita el título en
2012. Un joven librero de Palermo se la
recomienda a joven lector (me gusta pensar así de mí). En el duro invierno de
la pampa, en un pueblo del interior de la Provincia de Buenos Aires, un argentino
lee y después escribe sobre una novela coreana. Es extraño. Será la
globalización.
El título está buenísimo. La novela también.
Consta de tres partes, desde el punto de vista de tres personajes.
En el primer capítulo el marido relata cómo conoce a su mujer Yeonghye,
cómo es su vida y cómo ella decide convertirse en vegetariana. Es una
presentación extensa, donde se mantiene la intriga con respecto a su
determinación. Después hay una cena familiar. El padre de Yeonghye, un hombre
de familia tradicional del interior, ex combatiente de Vietnam, le pide
explicaciones y la golpea. Entonces ella intenta suicidarse.
En el segundo capítulo, la trama toma un giro, y la historia, que sigue
el orden cronológico, es contada desde el punto de vista del cuñado de la
Yeonghye. Con la excusa de la preocupación por la decisión de ser vegetariana,
y la consecuencia de su delgadez, J va a visitarla. J es artista de videos. Su
matrimonio es un fracaso, aunque económicamente lleven una buena vida gracias
al negocio de su mujer. J, además, siempre se ha sentido atraído por Yeonghye,
y le propone que modele para sus videos. Su cuñada se convierte en una obsesión.
Terminan teniendo relaciones y siendo descubiertos.
En el último capítulo Inhye, se encarga de cuidar a su hermana Yeonghye, internada en un psiquiátrico. Ya se ha separado de J y se dedica a
trabajar y a cuidar a su hijo. En el tiempo libre visita a su hermana que ya no
come, dejándose morir. Es la narración de la lucha entre Yeonghye, que está
decidida a no comer y convertirse en otra cosa, y la determinación de su
hermana por salvarla.
He contado la historia, porque tengo la sensación de que allí está lo
bueno de esta novela. No arruino nada, creo, haciéndolo. Leer esta novela nos
lleva a un mundo distinto. Hay algo, en los vínculos, en los personajes,
difícil de explicar.
El tema de fondo es la relación de cada persona con su cuerpo, y como en
algo tan íntimo también se inmiscuye hasta el Estado. Es muy fuerte ver crueldad
de las prácticas médicas para mantener viva a Yeonghye.
Otros temas, como la infidelidad, la atracción por lo prohibido, y las
tensiones en una familia tradicional, son más comunes, aunque están bien en la
historia.
En cuanto al arte como asunto que pueda tratarse en la literatura, ya es
algo más complejo. Son dos lenguajes diferentes, que es difícil puedan
convivir. Lo mismo con lo sueños, en el primer capítulo se acumulan, y la
verdad, molestan. Una vez leí, como consejo, que cuando se escribe una novela
sólo está permitido poner un sueño, que luego, en la corrección, debe
eliminarse. Es un buen consejo.
En La vegetariana, el arte y lo sueños pasan a ser detalles, porque el
tema principal es otro, y la historia arrasa con todo. Te lleva muy bien, está
muy bien escrita. Y hay algo que la vuelve una excelente novela. Una atmósfera
acaso asiática, como en la palabra Chaesikjuuija, su título original.
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