miércoles, 14 de enero de 2015







El tiempo de los peces, de Juana Inés Casas, Ediciones De la Lumbre, Santiago de Chile, 2011.



    Me costó encontrar el texto pero aquí está. Fue publicado en el diario El Despertador, de Ayacucho, hace ya años. Juana Inés nos dedicó un ejemplar para la Biblioteca de La Zorra, y nosotros aprovechamos para recomendarlo. La reseña se reproduce tal cual fue publicada en su momento.
    Juan Inés Casas ha publicado su primer libro en septiembre de 2011 en Santiago de Chile, ciudad en la que vive y trabaja. Se trata de un libro de cuentos.


El amor es cosa del pasado


    Lo primero que debo mencionar para hablar del libro es que el lector se encuentra ante un mundo femenino, o mejor dicho ante una mirada femenina del mundo. Personajes cargados de subjetividad, con una mirada que se detiene en el detalle y la interpretación de esos detalles. Casi siempre los narradores son mujeres y eso atraviesa todos los textos. No importa si se entra en el debate sobre la literatura femenina, su existencia, o lo que sea que se quiera debatir, pero tampoco es cuestión de ignorar lo obvio. Aquí hay un universo femenino al que la autora nos permite asomarnos con precisión y asombro.
    Dicho esto, también quiero señalar que se trata de relatos quietos, en los que casi no hay historia ni grandes conflictos. Como postales, o fotos viejas, desde las que nacen y crecen cada uno de los cuentos. Situaciones sutiles que terminan dando sentido a alguna historia que asoma desde el pasado. Cuentos que nos sumergen en otro ritmo, distinto al bombardeo al que nos tienen acostumbrados los medios masivos, una velocidad más relacionada con el placer de la lectura, con el de la reflexión, con el del deleite.
    Existen otros ejes desde el que se podría analizar el libro, en una clara división en lo referente al lugar en dónde transcurren las historias.
    Hay cuentos de Playa. Como En cierta forma es fumar, que transcurre en Villa Gessell, y en el cual una niña se separa de sus padres y pasea con un desconocido por la Avenida 3. O el cuento que da título al libro, El tiempo de los peces, en el que una mujer en un día de playa vive una experiencia con la hija de una amiga. También podría incluirse en esta lista Cadaqués, un cuento en el que una mujer sola está de vacaciones y persigue a un extraño hombre.
    Como Cadaqués, están los cuentos que transcurren en el Exterior. Es el caso de Persecuciones a la hora de siesta, en la que una turista debe tomar el subterráneo y se siente perseguida por un niño y un hombre. También Arribos, en el cual una pareja regresa al país y se narra la extrañeza de un mundo ya distinto.
    Otros relatos son bien de Ciudad. ¿Vos querés casarte y tener hijos?, es un texto en el que la narradora nos cuenta lo que sucederá cuando se encuentre con su primer amor. En El encargo, el único texto que roza el suspenso, otra mujer visita el departamento de un amigo que no está para darle de comer al gato y se encuentra con una sorpresa. Y en Análisis del discurso, una mujer reflexiona sobre una futura relación en medio de una conferencia de un lingüista francés.
    Finalmente están los cuentos de Pueblo. Igual se llega a Tandil, pequeñas historias que transcurren durante tres hechos importantes en la vida de los pueblos, los corsos, el Vía Crucis y un velorio. Fin de año, que cuenta el encuentro de los primos en la casa familiar y tensión que provoca un hecho del pasado. Y en Todas íbamos a ser paquitas, se narra la historia de unas amigas que escriben una carta al conocido programa de tv de Xuxa, pero todo termina con la disolución familiar.
    Es esa la sensación que perdura en el lector al terminar el libro. Que lo bueno se diluye. Que el pasado es el tiempo de la felicidad. Hay una nostalgia hacia ese pasado en el que todo fue perfecto aunque fugaz. Y un presente en el que las protagonistas son mujeres solitarias, más conscientes de que el mundo no es perfecto ni como quisieran.
    Ese tiempo extraño, de los peces, es el centro del libro. Un tiempo muerto, perfecto, casi quieto. Es el tiempo de las mujeres y de su profunda mirada. El hermoso tiempo que se consume mientras leemos los cuentos de Juana Inés.

lunes, 1 de diciembre de 2014

    Los mejores 20 libros de No Ficción No reseñados en La Letra o


     Hay veces que uno se impone ciertas normas, se atiene a ellas con una tenacidad a toda prueba, y en realidad son reglas que no le importan a nadie más que a uno mismo. La Letra o es un blog de libros, pero si se presta atención, todas las reseñas se refieren a textos de ficción de autores contemporáneos, en su gran mayoría argentinos y jóvenes, varios latinoamericanos, y algunos extranjeros.
    Mis lecturas, sin embargo, son bastante variadas. Y muchas veces me encuentro que las charlas sobre libros giran sobre aquellos de No Ficción. Es una categoría muy amplia, que no tienen una convención clara en cuanto a su formato de escritura, aunque los mejores creo que son aquellos en los que los escritores han experimentado en carne propia lo que cuentan. Quizás su asunto en común sea el de revelar algo, el de reflexionar sobre un tema, nuevo o desde una mirada nueva. Porque tratan temas más cotidianos, porque se refieren a asuntos más cercanos, funcionan como disparadores de charlas, de otros ensayos, incluso de ficciones.
    Esta lista es una selección de los textos que más me han sorprendido. Los he ordenado por temática. Espero que esta lista despierte ganas de leer.

Historia
    1- Mancha y Gato, La odisea de tres amigos, de Aimé Tschiffely, Distribuidora Quevedo de Ediciones, 2013.
    Aimé y sus dos caballos, Mancha y Gato, en el año 1925 partieron desde El Cardal, una estancia en el partido de Ayacucho en la Provincia de Buenos Aires, hacia Nueva York. Recorrieron diecisiete mil kilómetros. Tardaron tres años y medio. Tschiffely era suizo, maestro, y viajero. Lo amable de su escritura, su visión del mundo, la relación con los animales, con la gente que encuentra a su paso, todo es revelador y profundo.
    
2- De manera sagrada y en celebración, de Carlos Martínez Sarasola, Editorial Biblos, 2010.
    Es de los escasos libros de no ficción reseñados en el blog. Se trata de un estudio sobre la cosmovisión aborigen, sobre todo de los pueblos originarios de Argentina. Un libro espeso, cargado de años de estudio sobre el otro como un individuo al que hay que conocer en su especificidad. Un librazo que rastrea los orígenes de todos los argentinos.

   3- Crónica de la Colonia Galesa de la Patagonia, de Abraham Mathews, Ediciones Alfonsina, Buenos Aires.
     Se trata del testimonio directo de un pastor Galés que estuvo entre los primeros colonos del valle del Trelew. Dividieron la tierra, hicieron sus capillas, amansaron las vacas para hacer manteca, sembraron trigo, aprendieron de los indios. Comenzaron en la pobreza más extrema y llegaron a ser la colonia agrícola más productiva y avanzada tecnológicamente del país. Me gustó mucho porque es como una reseña del país que pudimos ser y no fuimos.
   
  4- Carlos Idaho Gesell, Su Vida, de Rosemarie Gesell, Edición de la autora, Villa Gesell, Argentina, 1983.
    Es un libro que sólo se puede comprar en la Villa. Pero vale la pena ir hasta allá para conseguirlo. Es un libro que está vivo, logra lo que cualquier biografía pretende. La autora es la hija del fundador. Y concreta, aunque parcial, un acercamiento extraordinario a la vida del excéntrico y controvertido alemán que logró domar los médanos del desierto bonaerense para convertirlos primero en un bosque y luego en una de las ciudades más visitadas del país.
   
5- Viaje por América meridional, de Alcide dOrbiny, Emecé, Buenos Aires, 1998.
     El autor es un viajero francés que en el año 1927 llegó a la Argentina por encargue del Museo de Historia Natural de París. Recorrió la Mesopotamia, Chaco y Santa Fé, fue por mar a Carmen de Patagones, permaneciendo en el país hasta 1929. Luego recorrió Bolivia y Perú. Sus páginas, referidas a nuestro país son de una minuciosidad absoluta, en un momento bisagra de la historia. Es muy interesante su descripción de los pueblos originarios. Este tipo de viajeros, de miradas exteriores, son muy reveladoras, y no quiero dejar de recomendar algunos de esos textos, como los de Thomas Falkner, George Musters, Alfredo Ebelot, y tantos otros que nos muestran con extrema agudeza nuestra historia.
   
6- Error humano, de Chuck Palahniuk, Mondadori, Barcelona, 2005.
    Fue uno de los primeros libros de no ficción que me gustaron mucho. Con el tiempo está un poco viejo, pero no pierde el ingenio y lo agudo de la mirada para revelar mucho de la sociedad norteamericana. Me gustó mucho más que su literatura, es más certero en sus crónicas que en sus ficciones. Aprovecho para agregar otro libro: Cómo estar solo, de Jonathan Franzen (Seix Barral, 2003), es un caso parecido, aunque sus largas novelas son mejores, este pequeño libro de ensayos me resultó muy entretenido y bien escrito.

     Sociedad
     7- Malcomidos, Como la industria alimentaria Argentina nos está matando, de Soledad Barruti, Editorial Planeta, 2013, Buenos Aires.
    Es un libro fundamental, en la línea de Comer animales, de Jonathan Safran Foer, un escritor norteamericano que ante el nacimiento de su hijo decide investigar la producción de carne en aquel país. Llega a la conclusión de que él y su hijo serán vegetarianos. Algo similar sucede con el libro de Barruti, es tanta la información, tan fuertes los argumentos, que la conclusión es que nuestra forma de alimentarnos requiere un cambio radical. Un libro muy profundo, con mucha investigación, sobre un tema que nos afecta a todos. Muy recomendable, imprescindible.
    
8- Interpretar a los animales, Temple Grandin y Catherine Johnson, Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2006.
    Es un texto increíble. Temple, la autora, es doctorada en Ciencia Animal, y además es autista. Su condición le ha permitido entender la conducta animal hasta puntos que parecía imposible. Su trabajo logró modificar cosas tan desatendidas como el traslado de vacas a plantas procesadoras y el método para sacrificarlas sin sufrimiento. Un libro que nadie que se relacione con animales debería dejar de leer. Lo que es lo mismo que decir que nadie debería dejar de hacerlo, ya que todos somos animales.
   
9- Buscadores de Fe, Un viaje a la espiritualidad contemporánea, de Violeta Gorodischer, Emecé, 2012.
    La autora de Los años que vive un gato, una buena novela de Tamarisco, escribió estas crónicas que me sorprendieron mucho, no porque el tema me interese, aunque es algo muy popular, sino por la forma de abordarlo. La periodista no investiga, sino que vive las distintas experiencias, y luego narra lo vivido. Lo hace prácticamente sin emitir juicios de valor. Entonces el lector asiste al interior de los distintos movimientos espirituales y puede conocerlos con bastante profundidad: desde la Meditación Trascendental hasta los veganos y el chamanismo de los aborígenes americanos en Uruguay practicado por un hijo de desaparecidos argentinos. Muy bueno. 

    10- La virgen del Cerro, de Juan Terranova, De Bolsillo, Editorial Sudamericana, 2007, Buenos Aires.
    Es un libro excelente, también está reseñado en el blog, hace ya unos años. Se cuenta la experiencia de una serie de visitas del autor a Salta, a presenciar los encuentros de bendición en los que María Livia Galliano de Obeid habla a una multitud de creyentes católicos. Esta mujer dice recibir mensajes de la Virgen María desde 1990, que debe trasmitir a los peregrinos. El libro está narrado con una parcialidad pasmosa, que en el contraste con la creencia de los asistentes, dota al texto de una tensión que es el motor del relato. Muy recomendable.

   Política
   
11- Jefazo, de Martín Sivac, Sudamericana, Buenos Aires, 2008.
    Un libro hermoso en el que se cuenta la historia del líder indigenista Evo Morales y su ascenso a la Presidencia de Bolivia. Conmovedor, un ejemplo de humildad, de lucha y de decisión. Todo lo que cualquier ciudadano de la democracia espera de sus políticos. Un cambio de paradigma en el ejercicio del poder, desde la cosmovisión de un integrante de los pueblos originarios. Está en pdf, no hay excusa para no leerlo.
   
12- Cartas y Manifiestos, de Subcomandante Marcos, Planeta, Buenos Aires, 1998.
    En la línea de Jefazo, es un compendio de los primeros textos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional a través de su anónimo líder. Una nueva forma de hacer política, de gobernar, de pensar el mundo y la integración.
    
13- Ese hombre y otros papeles personales, de Rodolfo Walsh, Seix Barral, Buenos Aires, 1996.
    Es un libro póstumo, que leí hace mucho tiempo y me causó una gran impresión. Con el tiempo he podido leer algunos textos tan poderosos como éste. Me parecía justo ponerlo en la lista, sobre todo porque es un libro íntimo de una persona que vivió el oficio de escribir de una manera comprometida.

    Deportes
   
14- Once anillos, El alma del éxito, de Phil Jackson y Hug Delehanty, rocaeditorial, Barcelona, 2013.
    No se trata de un libro de deportes. Aunque se narra la trayectoria deportiva del mejor entrenador de basketball de la historia de la NBA, no se trata sólo de eso. Lo mejor es su relación con Jordan y Bryan, sus egos, la relación con los compañeros, el manejo grupal, la preparación que todo ello requiere. No es nada más que para entrenadores o fanáticos del deporte. Trasciende.
    15- Herr Pep. Crónica desde dentro de su primer año en el Bayer Múnich, de Martí Perarnau, Editorial Corner, 1014, Buenos Aires.
    El mejor libro de fútbol que he leído, y eso que son mi debilidad. Leí la otra biografía de Pep, alguno de Mou, varios de entrenadores. Ninguno logra lo que éste: contar el día a día de un proceso que comienza desde la cercanía y la confianza que tiene permitida un amigo. El autor goza de la confianza total de Guardiola, y así pudo acceder a lo más íntimo de un plantel que desarrolla un cambio total. Vemos cómo chocan las personalidades y los intereses, cómo aparecen los problemas y las soluciones, cómo se cometen errores, como se accede al triunfo y se cae en la derrota. Está allí el germen de lo que parece que será el mejor equipo del mundo durante esta temporada. También soporta un público mucho más amplio que el deportivo. Atrapante.

    Arte
    16- Siete días en el mundo del arte, de Sarah Thornton, Edhasa, Buenos Aires.
    Es un libro fascinante, que narra los detalles de lo vivido por la autora al asistir a una subasta, a una galería, a una feria, al taller de un artista. Todos los lugares en donde se legitima el arte contemporáneo. Su relato es como el resumen, ella misma lo explica, de las miles de conversaciones que ha tenido con los diferentes actores. Muy entretenido, como asomarse a un mundo nuevo y exclusivo, que está bastante lejos de nuestro país.
   
17- El Arte: conversaciones imaginarias con mi madre, de Juanjo Sáez, Editorial Común, Buenos Aires, 2011.
    Una historieta que narra, desde la sencillez del dibujo y el diálogo, los acercamientos al mundo del arte contemporáneo. No todo son grandes teorías cuando hay que explicar el arte y la emoción que puede provocar.

Literatura y Escritura
    18- Mientras escribo, de Stephen King. Es del 2001, y también está en pdf.
     El autor más leído del mundo revela algunos de sus secretos, con mucha gracia, con mucha profundidad. Porque él también fue un escritor novel en algún momento, sabe de la necesidad de todos aquellos que lo intentan. No puedo dejar de mencionar que el título del libro remite a Mientras Agonizo, de Faulkner, acaso el mejor libro de ficción norteamericana.

19- Cómo convertir un buen guión en un guión excelente, Linda Seger, Ediciones Rialp. Madrid, 1991.
    Un millón de consejos de primera línea para mejorar no sólo en la escritura de guiones sino en todo tipo de escrituras. Un clásico que nunca se pone viejo. Muy útil, muy claro, iluminador.

 20- El arte de la ficción, de David Lodge. Lo leí del  libro electrónico.
    Como tantos libros, cuando un académico quiere explicar algún tema a un público no especializado, sale algo muy bueno. El profesor y escritor inglés Lodge escribió para un diario sobre teoría literaria. Luego, los textos reunidos en un solo volumen conformaron un excelente libro, cuyos capítulos son iluminados por un cita de alguna obra renombrada. Aquel al que le gusta escribir no puede dejar de leerlo.


    Cocina.

   
    Un apunte extra,    
    Sin mucha rigurosidad me gustaría recomendar un par de libros, sobre todo ante la cantidad formidable que solemos encontrar en las estanterías. El primero, El arte de la cocina francesa, de Julia Child, editado por Debate en Argentina. Es una obra maestra, realizado con mucho trabajo, y desde la perspectiva que tiene todo lector, la de no saber nada y necesitar que le expliquen todo desde cero. Es un caso similar al Libro de Doña Petrona, de Petrona Carrizo de Gandulfo, que se consigue en pdf. Ambos casos son libros que aglutinan años de sabiduría. La base de muchas cosas. Hace poco encontré un libro similar, de la londinense Niki Segnit. Es La Enciclopedia de los sabores, Combinaciones, recetas e ideas para el cocinero creativo; donde se ocupa de reseñar las afinidades entre los distintos alimentos. Es muy entretenido y lleno de soluciones y nuevos caminos.

miércoles, 12 de noviembre de 2014


Toda la tierra es una sola alma, Carlos Martínez Sarasola, Del Nuevo Extremo, 2014.
De manera sagrada y en celebración, Carlos Martínez Sarasola, Editorial Biblos, 2010.
El Lenguaje de los Dioses, Ana María Llamazares y Carlos Martínez Sarasola, Editorial Biblos, 2004.




   El libro de los mundos

    No suelo reseñar libros que no sean de ficción. Pero en este caso merece la excepción por la calidad de la obra.
   Resulta que en medio de una investigación sobre los indígenas del sur argentino en 1740, fui a dar, otra vez, con los libros de Carlos Martínez Sarasola. Ya conocía los clásicos, Nuestros paisanos lo indios (1992) y Los hijos de la tierra (1998), su versión más reducida y al alcance del estudiante que era cuando lo adquirí. Se trata de una obra que finalmente lograba dar un panorama de todos los pueblos originarios, sus características, sus procesos históricos, y tenía un apartado referido a la legislación vigente, un hecho que resultaba extraño en un libro que parecía de historia.
   Pero hay una gran diferencia entre la historia y la antropología. Y allí creo que está la diferencia entre la profundidad de los textos.
   Después publicó, con un grupo de investigadores Mapuches del Neuquén (2001), que no conozco. Más tarde, en conjunto con Ana María Llamazares, Diseños indígenas en el arte textil de Santiago del Estero (2002), un libro hermoso, que tuve dos o tres veces en la mano en distintas librerías. En 2004 aparece, también en conjunto, El Lenguaje de los Dioses. Arte, Chamanismo y Cosmovisión indígena en Sudamérica. Donde Sarasola escribe el primer capítulo El círculo de la conciencia. Una introducción a la cosmovisión indígena sudamericana.
   Me parece que El Lenguaje de los Dioses es un libro bisagra. Sarasola allí explica las líneas futuras de su investigación, referidas principalmente a la cosmovisión de los pueblos originarios. Acompañan el volumen otros ensayos muy interesantes, que refuerzan y ayudan a comprender la totalidad de lo que implica asomarse a una existencia distinta. Llamazares escribe sobre el arte chamánico, entendiéndolo de una manera muy distinta a la occidental, donde las imágenes son instrumentos simbólicos. Otros ensayos analizan la platería mapuche y la “estética del brillo”, el canto indígena, el mundo mapuche de la arcilla, la importancia de los colores en la simbología mapuche y el arte textil. En el último, muy interesante, se analizan las principales plantas sagradas de Sudamérica, un elemento fundamental para entender el diagnóstico y curación de enfermedades y la comunicación con planos sobrenaturales.
   De manera sagrada y en celebración (2010) es el libro fundamental de Sarasola. Es una obra densa, llena de conceptos y referencias, resultado de años de trabajo, de investigación, y de una evidente cercanía personal con el mundo indígena. Su subtítulo explica bastante: Identidad, cosmovisión y espiritualidad en los pueblos indígenas.
   El Primer Capítulo resume la historia de los pueblos originarios, desde su llegada al continente, pasando por la conquista y su resistencia, hasta la segunda parte del siglo XX. El Segundo Capítulo se detiene en la teoría antropológica sobre la identidad indígena; sobre la dificultad que plantea la utilización de términos como indio, aborigen, indígena, originario, pueblo y pueblo originario; la importancia de la tierra como pilar de la identidad; y también sobre la autonomía indígena dentro de los estados. En el Capítulo Tres, titulado Los renacientes, se detalla un panorama actual de los pueblos originarios en el territorio argentino, y su nuevo renacer. También se analiza a los aborígenes urbanos desde una nueva perspectiva, ya que antes se les negada su condición y ahora se ha comprendido que la identidad se mantiene aún en las ciudades.
   En el Capítulo Cuatro comienza el análisis de la cosmovisión. Resulta imposible intentar explicar el contenido en pocas palabras, pero podemos decir algunas cosas, a modo de guía. Se analiza el mundo invisible, el chamanismo y las plantas sagradas. Se hace una historia de los estudios referidos al tema en la etnología francesa, en Mesoamérica, Norteamérica, Sudamérica y la Argentina. Se detiene en los cinco pilares fundamentales para comprender la cosmovisión indígena: la totalidad, la energía, la comunión, la sacralidad, y el sentido comunitario de la vida. Después, en el Capítulo Cinco, hay un detallado análisis de las ceremonias indígenas de los collas, de los mapuches, de los guaraníes y awarac, de los wichis, chorotes y chulupís, de los qom, los ranqueles, los günün ä Küna y los huarpes.
   En el último Capítulo, el Seis, Sarasola toma algunos temas de actualidad en relación a los pueblos indígenas. Es el caso de la recuperación de las tierras por parte de las diferentes comunidades, la cuestión demográfica (se estima en un millón de personas, y el Mapa Genético de la Argentina ofrece el dato de que el 56% de la población tiene ascendencia indígena), los problemas de pobreza y salud, la protección del patrimonio indígena, las dificultades del turismo étnico, la protección y restitución de restos humanos (un caso muy importante es el del Museo de Ciencias Naturales de La Plata con los caciques Incayal en 1994 y Panghitruz Guos en 2001), la complementariedad de las medicinas (con el triste caso del niño Julián Berá –el que brilla- Acuña, de la comunidad Pindó Toy de Misiones, judicializado para ser operado en Buenos Aires).
    Finalmente hay un breve capítulo de cierre, El darse vuelta la tierra, en el que Sarasola establece algunas relaciones muy interesantes entre la cosmovisión indígena y las teorías de científicos contemporáneos como el biólogo inglés Lovelock, cuya hipótesis es que el planeta tierra es un organismo vivo, lo mismo que dicen muchos indígenas desde hace miles de años. Y cierra el libro con una mención a Evo Morales ya que su ascenso al gobierno está muy relacionado con la cosmovisión indígena y también con una idea de los indígenas del sur de México: la de “crear un mundo donde quepan muchos mundos”.
   De manera sagrada y en celebración me parece un libro imprescindible para entender de dónde venimos, y para hacerlo con la profundidad que se merece el asunto. Es un esfuerzo monumental por entender al otro, que no es otra cosa que entendernos a nosotros mismos. Es el resultado de un análisis que se ha ido sedimentando a lo largo de años de investigación y esfuerzo. Y creo que el resultado sólo ha sido posible gracias a ese proceso. Es un libro que requiere esfuerzo y relectura, pero que tiene premio. El de asomarnos a la profundidad de nosotros mismos.
   Dejo para el final un breve comentario sobre los últimos libros de Sarasola. La Argentina de los caciques (2012), que apenas he podido ojear, pero que retoma la figura de los grandes caciques que vivieron en este territorio y que ofrecieron una alternativa de convivencia que nunca fue escuchada. Y Toda la tierra es una sola alma de este mismo año, que se trata de un compendio de más de cuatrocientos textos encontrados a los largo de cuarenta años de formación, diría yo, de aprendizaje, de escuchar la voz de los indígenas. Es una aproximación a la palabra misma de los pueblos originarios, un intento de retener esa oralidad tan distinta, de dar lugar a su propia palabra.
   Si De manera sagrada y en celebración es una aproximación teórica, analítica, buscando comprender la esencia del mundo indígena; Toda la tierra es una sola alma es la poesía misma, no menos profunda, hermosa, como un susurro o un grito, con la fuerza de la voz ancestral.
   Ambos libros se retroalimentan, como la obra misma de Sarasola. Uno ayuda a comprender el otro. El pasado y el futuro, la teoría y la poesía, la tensión de una obra que a pesar de conocer y no olvidar los horrores cometidos en nombre de la civilización, logra pensar en lo que está por venir, y hacerlo con una sonrisa y el deseo de que todo sea mejor. Un futuro en el que los pueblos originarios quepan en el mundo como una sola alma.

sábado, 30 de agosto de 2014


Los mejores 20 libros reseñados en La Letra o desde 2010 a 2014






    Ya han pasado más de cuatro años desde que comencé La Letra o. Es mucho tiempo. Y he reseñado más de cien libros. También es mucho.
    Durante el 2013 lo abandoné. Me enojé un poco, bastante diría, mientras preparaba una reseña extensa sobre un joven escritor argentino. Había leído cuatro o cinco novelas del autor y me parecían malísimas. Ese mismo año, su última obra fue elegida como la mejor de todas por más de cien representantes de la cultura argentina. Lo que me llevó a replantearme el tema de las reseñas. Aunque no tanto respecto a mis gustos y mis convicciones literarias, sino más bien a la situación que se plantea en cuanto a la crítica de un colega, y la distancia que una mala opinión sobre la obra de otro puede establecer entre las personas.
    No es que haya resuelto el problema, o que ya no me importe. Lo que sucede es que ese año en el que dejé de escribir en el blog, realicé el mismo trabajo en un cuaderno, como lo hacía desde niño. Hay algo que es más fuerte. Así que resolví volver al espacio de antes, el blog.
    Y ahora que he llegado a los cien libros, me voy a permitir festejar eligiendo los veinte que más me han gustado. Creo que puede ser útil, más que nada, en el mismo sentido en el que debería serlo una reseña, para aquello que hacemos naturalmente entre amigos: recomendarnos lecturas.
     Estoy contento. A tal punto que he agregado cuatro recomendaciones extras a la lista, y más adelante sumaré otras dos selecciones de libros que me han parecido buenísimos pero no he reseñado en el blog, una de libros de ficción y otra de no ficción.
    Estos son, entonces, los mejores 20 libros reseñados en La Letra o desde 2010 a 2014:


1 – El año del desierto, de Pedro Mairal, Interzona, 2005, Buenos Aires.
    La mejor de todas, una novela de ciencia ficción que se mete con la historia argentina y le va muy bien. Y su hermana menor: Una noche con Sabrina Love, de Pedro Mairal, Clarín Aguilar, 1998, Buenos Aires. Aunque no esté a la altura de la otra, creo que merece ocupar un lugar entre las veinte. Bastante olvidada, o dejada de lado por el prejuicio de haber ganado el premio Clarín.

2- Cámara Gesell, Guillermo Saccomanno, Planeta, 2012, Buenos Aires,
y El oficinista, de Guillermo Saccomanno. Editorial Seix Barral, 2010
.
    Dos textos tan distintos y de tanta calidad escritos por el mismo autor. No deja de ser una rareza y una aventura, una novela social cargada de voces, y un texto futurista y más universal.

3-Invisible, de Paul Auster. Editorial Anagrama, Barcelona 2009.
    Aunque no me gustan las novelas con escritores como protagonistas, aquí la metaficción es una simple escusa para narrar la atracción sexual entre hermanos. Un texto poderoso.

4-HHhH, Laurent Binet, Seix Barral, 2011.
    Una novela que intenta contar el mal, y lo logra, más allá de todo el artefacto ficcional que el autor pone alrededor, la figura de un jerarca nazi se come el texto.

5- Bilbao-New York-Bilbao, de Kirmen Uribe, Seix Barral, 2009, Barcelona.
    Otro texto con escritores de protagonistas, pero son poetas, y es tan atenta la mirada del autor que no veo la hora de leer su nueva novela, ya editada, Lo que mueve al mundo.

6- Putas asesinas, Roberto Bolaño, Anagrama, 2001, Buenos Aires.
    Aquí también hay poetas, pero lo que más hay son historias, viajes, buena literatura. Incluso mejor que la de sus novelas.

7- Intemperie, Jesús Carrasco, Seix Barral, 2013, Buenos Aires.
    Una novela sencilla y conmovedora, en la que un niño huye y un pastor anciano se sacrifica para ayudarlo en una España rural.

8- Oscura monótona sangre, Sergio Olguín, Tusquets, 2010, Buenos Aires.     Creo que es el origen de la posterior saga de policiales argentinos de Olguín. Me gustó mucho porque es breve, profunda, bien estructurada y atrapante.

9- El niño que robo el caballo de Atila, Iván Repila, Libros del Silencio, 2013.     De los autores jóvenes españoles que logran salir de la moda y contar algo más, parecido a Carrasco.

10- Bajo este sol tremendo, de Carlos Busqued, Anagrama, 2009, Buenos Aires.
    Lo mismo para Busqued, de lo mejor entre los nuevos narradores argentinos. Todos estamos esperando su próxima novela.

11- La hora de los monos, de Federico Falco, Emecé, 2010, Buenos Aires.
    Un autor del que es difícil conseguir sus textos, su novela Cielos de Códoba de Editorial Nudista es casi imposible de hallar fuera de esa provincia. Sus cuentos están muy buenos.

12- El asesino de chanchos, de Luciano Lamberti, Editorial Tamarisco, 2010, Buenos Aires. 
     Lo mismo para Lamberti, también cordobés. Este libro ahora ha sido reeditado en Buenos Aires, pero El loro que podía adivinar el futuro, su segundo libro de cuentos, no se consigue.

13- Señales que precederán al fin del mundo, de Yuri Herrera. Editorial Periférica, Cáceres, España, 2009.
    Un texto muy breve pero muy bien escrito y que cuenta una historia muy interesante. Sumamos Trabajos del reino, de Yuri Herrera. Editorial Periférica, Cáceres, España 2008. Que también merece estar en la lista de veinte. Y esperamos leer en breve La transmigración de los cuerpos, su nueva novela.

14- La vegetariana, Han Kang, Bajo la luna, 2012, Buenos Aires.
    Editada bajo sello argentino, esta novela de autora surcoreana toca muchos temas actuales con inusual profundidad: el amor, el deseo, el matrimonio, la enfermedad, los hermanos.

15-El viento que arrasa, Selva Almada, Mardulce, 2012, Buenos Aires.
     La edición, tan apresurada, al año siguiente, de su segunda novela Ladrilleros, no debe confundir, porque es esta una novela muy buena, de lo mejor entre los escritores jóvenes argentinos.

16- Varadero y Habana Maravillosa, Hernán Vanoli, Editorial Tamarisco, 2009, Buenos Aires.
    Cuentos frescos, fantásticos o maravillosos, que entretienen y desafían.

17 -Los peligros de fumar en la cama, de Marina Enriquez, Emecé, 2011, Buenos Aires.
    También buenos cuentos, con un poco de misterio, muy logrados e inteligentes.



-Dos Extras

    No quiero dejar pasar la oportunidad para recomendar los cuentos de Samanta Schweblin, sus libros El núcleo del disturbio y Pájaros en la boca son de lo mejor que se puede leer en cuento contemporáneo argentino. También tengo entendido que está por publicar nuevamente, después de larga ausencia.
    Y agregar una novelita de Leonardo Oyola, la mejor de su larga producción, y la única que me animo a recomendar: Chamamé, editada, creo, sólo en España por Salto de Página.


-Dos Amigos

    No los reseñé en el blog en su momento porque son dos obras de gente amiga, y queda mal. Pero son dos excelentes textos, y no quiero dejar pasar la oportunidad de hacerlo ahora.

    Creciendo en público, Ezequiel García, Tren en movimiento, Buenos Aires, 2013.
    Se trata de una novela gráfica, estructurada alrededor de la vida de un joven en la ciudad. Mucha música, libros, arte, cine. Conviven Melville con Los Auténticos Decadentes, como en la vida misma. La novela gráfica es un género que se está haciendo muy popular, y que tienen mucho para contar como lo hace la de Ezequiel.

    El gusto, Leticia Martín, Pánico el Pánico, Buenos Aires 2012.
    Es una novela que leí en borrador. Lo que es un orgullo. Y la verdad que está muy bien. Leticia escribe mucha poesía y también cuentos. Esta es su primera novela, heredera de su trabajo, una historia breve y poética. Ahora que lo pienso está en la línea de La vegetariana, trata los mismos temas. Una joven bailarina de danzas clásicas, llena de fobias, sufre una crisis con su trabajo y su cuerpo. Un texto maduro y profundo, que recomiendo con ganas, porque no es nada común encontrar entre los narradores jóvenes una buena historia contada con el lirismo exacto.


    Algunas estadísticas:
    Siempre me gusta hacer números. No se si sirven para mucho, pero igual son datos curiosos que revelan cierto universo de lecturas. De los 20 libros elegidos, el 55% son de autores argentinos; del resto, 25% de europeos y 20% latinoamericanos. Del total, un 75% son novelas y un 25% cuentos.

sábado, 23 de agosto de 2014

Intemperie, Jesús Carrasco, Seix Barral, 2013, Buenos Aires.
El niño que robo el caballo de Atila, Iván Repila, Libros del Silencio, 2013.
El porqué de las cosas, Quim Monzó, Anagrama, 1993, Buenos Aires.
Marcos Montes, David Moteagudo, Acantilado, 2010.



   Cuatro autores españoles


    Cordero de Dios
    En Intemperie, Carrasco cuenta una historia sencilla. Con sólo tres personajes, un niño, un viejo pastor, y un comisario, se las arregla para desarrollar una trama subyugante y conmovedora. De contexto rural, me recordó a las novelas de Yuri Herrera, y más atrás, a los cuentos de Rulfo. El niño escapa de un pequeño pueblo y se encuentra con el pastor de ovejas que lo ayuda a escapar. Luego los perseguirá el comisario y la historia alcanzará un grado mayor de complejidad.
    Es un logro la representación del niño. Yo ya lo he dicho, no soy muy amigo de los niños protagonistas, porque suele caerse en la ingenuidad de la edad del personaje como herramienta para la visión que tenga del mundo. Pero en este caso está muy logrado el recurso. También está muy bien el personaje del pastor. Creo que es el mejor. Tiene algo de bíblico (como todo el texto, podría decirse), esa actitud de dar todo lo que se tiene por ayudar a un desconocido.
    Y un breve comentario para el final de la historia. Es lógico pero sorprendente. Triste y esperanzador. Es muy bueno. Como toda la novela.


  
  En el pozo
    El niño que robo el caballo de Atila es la segunda novela de Iván Repila, un autor joven de Bilbao. La primera se tituló Una comedia Canalla.
    Es un texto corto, muy corto. Y del estilo de Intemperie, un ambiente rural y con sólo dos personajes, un hermano Grande y otro Pequeño, que caen en el fondo de un pozo del que no pueden escapar. Nada se más se cuenta eso: la desesperanza y los límites de la locura en una situación extraordinaria.
    A pesar de lo breve del texto, el autor logra trasmitir la profundidad de los pensamientos y emociones de los protagonistas. Y también completar la historia, ya que tiene un final brillante. Inesperado y a la vez lógico, conmovedor.
    Otra novela muy buena.


  
 El porqué de las cosas
    Ya han pasado veinte años desde que Quim Monzó publicó estos cuentos. Le dedico este breve comentario porque al leerlos me llamó la atención que sus historias aún están vigentes, no se han puesto viejas.
      Son textos breves, potentes, en los cuales no importa el nombre de los personajes, ni los títulos. Después de leerlos sólo queda el núcleo de la historia, lo que puede resumirse en una frase: una adolescente que supera a su maestro sexual, una hombre cuya desgracia no termina nunca, dos amantes que se mienten por teléfono, un hombre que no se puede enamorar y casi encuentra a su mujer ideal, y así.
    Después hay unas historias de duendes, de Cenicienta, la Bella Durmientes, y de dibujos animados. Un acercamiento a las historias universales y a los medios masivos. Y esas sí, parecen del pasado, pero es que entonces no existía Internet, y eran los primeros acercamiento al hipertexto. Hoy puede parecer un chiste que un escritor publicado en Anagrama reescriba el final de un capítulo de Tom y Jerrry, o la vida de viejos del Rey y la Cenicienta.
   De todas formas las historias son más fuertes, lo que llevan las historias, ese no se qué, ese saber observar, ese saber mostrar un poco más.


  
  En la mina
    No es mala la idea de David Monteagudo de contar la aventura de un grupo de mineros atrapados en un derrumbe. La prueba está en que la televisión ya lo hizo, con los 33 chilenos, y ni siquiera así la repetición molesta. También se me ocurre ahora que podría servir para una obra de teatro, porque en esa situación casi todo pasa a ser palabras, soledad y espera.
     Pero en este caso, el asunto no está bien logrado. Se narra el escape, y antes de ello, un encuentro del protagonista con un amigo, quebrando el realismo del relato. Molesta mucho la excesiva transcripción de los pensamientos del protagonista. Y ese quiebre de la verosimilitud me hizo acordar mucho a las novelas de Aira.
    En total, que no me gustó nada la novela. Tenía muchas esperanzas en este autor que hasta no hace mucho era un desconocido, ya que comenzó a publicar con cuarenta años. Quizás Fin, su primera novela, sea mejor,  o la tercera, Brañaganda. Pero cuesta volver a comenzar después de una mala experiencia. Qué injustos somos a veces los lectores.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Los años que vive un gato, Violeta Gorosdischer, Tamarisco, 2011, Buenos Aires.
No alimenten al Troll, Nicolás Mavrakis, Tamarisco, 2012, Buenos Aires.




   Editorial Tamarisco

    La novela de Gorosdischer
    En la línea de tantos libros de hoy. Historias de niños de ciudad a los que no les sucede nada interesante, más que vivir en un departamento. Esta novela es mejor porque la protagonista está enferma, su hermano es gay, y se van de vacaciones a Cuba. (¿Todos los de Tamarisco se fueron a Cuba de niños? ¿O es el mismo viaje?)
    También está acertada la construcción de la subjetividad de la niña. Creo que el secreto es no meterse mucho “en la cabeza” de la protagonista. Hay una mirada más externa. Lo aprendí en La soledad de los números primos, de Paolo Giordano. Y no sé si Violeta también. Hay muchos vasos comunicantes entre ambos libros. Lo que habla bien de Los años que vive un gato, porque el libro de Giordano está buenísimo.
    En resumen, que es una buena novela, más aún teniendo en cuenta que es una primera novela. Lo que plantea un desafío enorme para cualquier escritor, creo. Esperé por mucho tiempo la segunda novela de Giordano. Y también me gustaría leer la segunda de Gorosdischer, que no es poco decir para un autor argentino joven. Tampoco es que mi lectura le importe a alguien, pero que las ganas de leer sobrevivan después de una novela ya es decir mucho.



Los cuentos de Mavrakis
    Los leí hace ya mucho tiempo. De No alimenten al Troll lo primero que recuerdo es un asado con amigos, contado mediante pequeñas biografías de ex compañeros de secundaria. Miro el índice, no sé cuál es el cuento. Recuerdo un escritor que se acuesta con una supermodelo. Un nerd que administra los coments de una página web de no sé dónde. Y lo mejor, un abuelo muerto que deja un pasado siniestro en un baúl de un geriátrico.
    Sé que hay algo sobre las nuevas tecnologías como trasfondo, que algo acecha en Internet, pero no logro determinar qué es.
    También recuerdo que me molestó un cuento con ochocientas direcciones de mail. Y el nombre de Tinelli.
    No es una crítica vedada, ni hacerme el interesante. Es que sólo las historias parecen perdurar un poco más. Tienen cierta potencia indescifrable. Aunque seguramente tenga más que ver con mi formación como lector que otra cosa. Y al fin de cuentas siempre termino buscando (y encontrando) lo mismo.
    Igual es un buen libro.
    Molesta la palabra igual, pero me sale decirlo así.

    Muchos buenos libros en Tamarisco, por no decir todos, ya que no los he leído. Pero Gorosdischer, Lamberti, Vanoli, y ahora Mavrakis. No son pocos. Y no puede ser casualidad.

lunes, 18 de agosto de 2014

Las mellizas del bardo, Hernán Vanoli, Clase Turista, 2012, Buenos Aires.
ALT LIT, Lolita Copacabana y Hernán Vanoli, Interzona, 2014, Buenos Aires.





    Las melli
    Se trata de un novela corta. O un cuento largo. Como se prefiera. La característica principal es que si bien hay una historia todo sucede a la velocidad de los cuentos, esto es sin mucha profundidad de los personajes, dándole más importancia a la acción y al final.
    Podría decirse también que se trata de un texto de carretera, y de ciencia ficción.
    En un futuro no muy lejano unas mujeres luchan por entrar a una barra brava en la ciudad. Después de una batalla sangrienta reciben un encargue que las lleva por el interior de la Provincia de Bueno Aires, donde se encuentran con la ayuda de otro grupo de mujeres motociclistas.
    Es una historia entretenida, con buen ritmo. Lo mejor que tiene es la cercanía de un futuro tan nuestro. Algo parecido sucedía con los cuentos de Varadero y Habana maravillosa, el que yo creo es el mejor libro de Vanoli.

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Literatura norteamericana actual
    Es una selección de diez autores que publican principalmente en Internet. Son textos breves. Es esa una de las cosas que ya pueden decirse sobre la literatura e Internet, la brevedad es una característica. En nada se relaciona con la calidad. Porque los textos son buenos. Algunos parecen poesías.
    La pregunta sería para qué comprar un libro si todo lo que contiene está en la red. Entonces el debate es similar a alguno relacionado a la crítica. Un compilador sería como un guía literario que nos muestra, y elige, qué es lo que vale la pena leer según sus conocimientos y gustos. La red necesita guías, porque donde está todo, no puede verse nada.

    El resultado es un libro extraño, con textos que nos dicen que estos autores escriben bien, pero de cuya obra apenas conocemos un poco. Es como una introducción a no sé qué.